Además de liberar tensiones, los beneficios de los masajes son más profundos. Y aunque existen un montón de tipos y técnicas, en manos de un buen profesional, los beneficios son similares.

-Ayudan a reducir dolores de cabeza, espalda y cervicales. El masaje también ayuda a descontracturar los músculos y descargar la tensión que solemos acumular en zonas como las cervicales, los hombros, la espalda… y que suelen producir dolores de cabeza.

-Disminuyen el nivel de estrés. Tanto las maniobras que realiza el terapeuta, como el ambiente que se respira en el centro, invitan a una relajación profunda, al disminuir el ritmo cardiaco, lo que favorece una sensación de paz interior y calma, que mejoran el estrés.

-Estimulan la circulación sanguínea. Los problemas de circulación son habituales en personas que trabajan mucho tiempo de pie o sentadas, y conllevan dolores de piernas, hinchazón e incluso varices. Si se aplica con cierta presión, el masaje también ayuda a reactivar la circulación.

-Favorecen la eliminación de toxinas. Aunque el cuerpo cuenta con diversos mecanismos para desechar las toxinas acumuladas, el masaje también favorece su eliminación, al estimular los vasos y ganglios linfáticos.

-Combaten la ansiedad. Los masajes relajantes ayudan a aumentar las hormonas como la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad) o la dopamina, a la vez que disminuyen los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés). Esto equilibra el estado de ánimo, aumenta la sensación de bienestar y combate la ansiedad.